Este post es una respuesta a dos últimos artículos que ha escrito @emulenews sobre financiación universitaria (1 y 2), ya que sobre estos temas me ha tocado estar al día.
Sobra decirlo, pero es la base del artículo: sí, en la universidad hay que investigar. De lo contrario, se corre el riesgo de no ofrecer una docencia adaptada a los días y de cara a las últimas novedades científicas. No quiero meterme en la manera y retribución del reparto de un científico entre sus horas de clase y sus horas de investigación. En general, a la hora de plantear las vías de financiación, hay dos opiniones:
1- Los resultados de investigación no consisten en invertir más dinero, sino en aplicar correctamente una metodología. No hablo a nivel de un país, sino a nivel de una unidad o departamento universitario. Es decir, hay que intentar pasar más horas, ser más precisos en las líneas de trabajo a atacar, analizar otros trabajos con atención, redactar y escribir buenos artículos a a primera... y todo esto no se consigue por meter mucho más dinero en un departamento, sino siendo más eficiente con el trabajo de uno. El punto positivo de este sistema es que se podrá no investigar por modas, sino por el hecho de avanzar en el estado del arte y llegar a ser un grupo de investigación destacado en algún ámbito.
Ese departamento en una universidad tendrá asignado anualmente un presupuesto que variará en función de lo potente y recursos necesarios de ese entorno de trabajo. De tal manera que una posible vía de financiación es esa, lo que en las universidades públicas se denomina el contribuyente.
2- Otra vía, y que es la que yo más apoyo, es que además del presupuesto asignado anualmente, el departamento logre hacer proyectos con otras instituciones y empresas, y que consiga ayudas públicas para la realización de esos proyectos de I+D. De hecho, la cantidad de proyectos de financiación privada y pública que consigue un investigador, es uno de los parámetros que evalúa la ANECA para las acreditaciones.
Sin embargo, una de las pegas que hay aquí es que para recibir financiación pública, el grupo de investigación ha de adaptar su trabajo a las líneas generales de proyectos que financie la administración de turno. Es decir, si el gobierno quiere impulsar las energías renovables, es muy difícil que apoye a un grupo de investigación eléctrica que no enfoque sus trabajos hacia esa línea, por ejemplo.
Otra pega, es que muy pocas empresas hacen I+D de verdad. Por lo tanto, si una universidad se alía con una empresa para hacer un proyecto, y resulta financiado, es posible que los resultados no sean técnicamente buenos, o con capacidad de ser publicados, sino que es posible que se haya ayudado técnicamente a la empresa en un tema muy particular y listo. Eso se cuenta como inversión en I+D, pero no es I+D tal y como se entiende en el mundo anglosajón y europeo: publicable. Por eso, muchos investigadores no quieren ir por esta vía, ya que sienten que venden humo con su trabajo. Esto hay que mejorarlo. Una posible forma es que uno de los requisitos de este tipo de proyectos de cooperación sea obtener una patente, una publicación, o que sea la base para la realización de un doctorado.
Sin embargo, los aspectos buenos de este sistema es que se mejora la transferencia de conocimiento entre universidad y empresa, y el departamento en cuestión recibe fuentes de financiación alternativas a su presupuesto asignado, y además si consigue financiación europea, se hará un nombre en ese ámbito.
Considero distinto la financiación de las universidades y de los centros tecnológicos. Los segundos tienen que tener su actividad mucho más enfocado a las empresas. Sin embargo, en UE hay varias universidades que parecen auténticos centros tecnológicos por la cantidad de proyectos industriales que hacen, además de sus publicaciones. Tal es el caso de varias universidades finlandesas y alemanas.
Tuve una interesante conversación con @axebra sobre este tema, y lo resumió así:
También resulta de interesante lectura este informe de ScienceBusiness sobre Making Industry-University partnership work
Mi opinión.
ResponderEliminarEl problema es la formación. ¿Quién forma a los investigadores en la metodología adecuada? El problema de los cambios de legislación es que olvidan la inercia del sistema ante los cambios. Un chasquido de los dedos del Ministro de turno no forma a los investigadores y/o profesores en ninguna metodología. A veces se requiere un cambio generacional, es decir, mucho tiempo.
"Hay que intentar pasar más horas, ser más (...) siendo más eficiente con el trabajo de uno." Esto se supone que ya se hace (habrá excepciones, quizás muchas, pero la mayoría de los PDI lo hacen, al menos en mi entorno). El problema es que no es suficiente... ser "eficiente en el trabajo" no es lo mismo que ser productivo en la misma medida en la que lo son los demás (Alemania, EEUU, etc.).
"No investigar por modas, sino por el hecho de avanzar en el estado del arte." La única manera de lograrlo es incentivar las relaciones internacionales con grupos de prestigio. La investigación no es una labor romántica, es un trabajo como cualquier otro.
"Un presupuesto que variará en función de lo potente y recursos necesarios de ese entorno de trabajo." ¿Y quién lo decide? ¿El propio departamento?
En mi entorno mucha gente sigue la otra vía que propones ("proyectos con otras instituciones y empresas") para conseguir sobresueldos (legalmente puedes llegar a cobrar lo mismo que la rectora y alegalmente hay quien la duplica).
"Muy pocas empresas hacen I+D de verdad." Pero en la actualidad no importa. Los últimos gobiernos han metido mucho dinero en la universidad a través de las empresas (no es dinero de las empresas para la universidad, es dinero del contribuyente para la que empresa lo meta en la universidad, que no es lo mismo). ¿Han servido de algo? Muchos bolsillos lo han agradecido. ¿Pero ha servido de algo? El gobierno dice que sí...
Saludos
Francis